El núcleo rural Leiguarda (410 m), nos recibe para realizar la subida a Peña Aguda (1019 '4 m).
El pueblo conserva la iglesia del siglo XV, con reformas en los siglos XVII y XVIII. Fue capital eclesiástica de Miranda desde la Edad Media hasta los años treinta del siglo XIX.
La casa más notable es el palacio de la Condesa Mora del siglo XVI. Según la leyenda, perteneció a una mora que se enamoró de un cristiano; la relación fue permitida con la condición de que renunciara a la religión musulmana y “guardara la ley”, de ahí el nombre del pueblo.
Busamos la parte alta del pueblo mientras recorremos sus callejuelas, auténtico manual arquitectónico etnográfico con hórreos, paneras, llavaderos, viviedas y un magnífico palomar.
A la altura de ese cruce nos desviamos a la izquierda para visitar este molino, volvemos sobre nuestros pasos para continuar hacia lo cimero del pueblo.
Debemos de cruzar por el camino carretero esta amplia mata de castaños que corona Leiguarda.
Después se llega a una pista más ancha por la que se puede subir con facilidad, aunque la pendiente es constante.
El camino estaba lleno de agua por el deshielo de la nieve apareciendo roderas y torrenteras.
Alcanzamos la hermosa campera del Collau ( 550 m) donde giramos hacia la izquierda en el cruce.
Nos orientamos por las casetas de la traída de aguas del pueblo. En esta zona, encontramos señales del sendero PR-AS 146 que baja desde Alto Brueba al pueblo de Oviñana.
En el próximo cruce, a nuestra derecha, iremos hacia la carretera AS-227 que une Selviella con Begega. Si descendemos llegaríamos al medieval pueblo de Bello.
Continuamos dirección Noroeste hasta L’Altu la Brueba (800 m.), donde se observa un importante desmonte de minería romana.
El sistema de explotación empleado por los romanos para la extracción del oro son las cortas de minado basado en el uso de la fuerza del agua. Plinio lo denomina: Ruinae Montium.
La fuerza del agua, conducida por canales (corrugi) se embalsaba en depósitos (piscinae o stagna) próximos a la explotación.
Hoy en día se distingue la forma del embalse y los canales por las que se canalizaba el agua hacia el frente de la explotación minera.
Con el calentamiento de la roca en las partes bajas mediante galerías se lograba abatir y arrastrar parte de la montaña hasta los canales de lavado (agogae), donde se decantaba el oro. Aún son perceptibles estas huellas en el paisaje.
Podemos afirmar que nos encontramos ante una mina del siglo I d.c. que nos permite reconstruir todo el sistema de explotación.
Desde Camponariello divisamos la cima con su antena telefónica. La pista serpentea en su último tramo hasta la cumbre de Peña Aguda.
En esta hermosa atalaya recordamos el dicho de la zona:
"Courío, Courío
cuánto oro
en tu panza
tienes metío."
Arriba nos encontramos la caseta y torre de comunicaciones, también hay un vértice geodésico y un buzón colocado en el año 1988.
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