lunes, 20 de junio de 2016

Parque de la Prehistoria. San Salvador de Alesga, Teverga.


 
El Parque de la Prehistoria de Teverga se trata de un equipamiento cultural que tiene como objetivo dar a conocer el arte del Paleolítico Superior en Europa. Se han reunido una importante muestra de dichas manifestaciones artísticas por medio de reproducciones facsimilares de significativos conjuntos parietales y objetos de arte mobiliar.
 
 
El Área de Servicios es el primero de los edificios donde se recogen los  servicios complementarios que ofrece el Parque: Punto de información, taquilla, tienda y atención al visitante. También cuenta con cafetería y zona exterior de juegos infantiles. No olvidemos la Sala de talleres didácticos.
 
 
El Parque ofrece actividades especiales y talleres como una entretenida manera de acercar  la Prehistoria a las familias y los niños.
 
 
El Parque está compuesto por tres edificios, diseñados por el arquitecto Dani Freixes, plenamente integrados en el entorno. Se trata de zonas claramente diferenciadas: el área de recepción de visitantes, la Galería y la Cueva de Cuevas. En una zona adaptada del equipamiento, el cercado, se recrean varias especies vivas descendientes de las representadas por los humanos en dichos espacios.

 
En la Galería se implica al visitante en el mundo de la prehistoria y las expresiones artísticas de los humanos paleolíticos.
 
 
La pretensión es dar respuesta a las muchas cuestiones del inicio de nuestra especie y su arte recalcando la importancia de la imagen en su ámbito tanto social como espiritual.

 
Otro panel homenajea a los más destacadas figuras dentro del estudio del mundo paleolítico como Henri Breuil o Alcalde del Río...

 
Los siguientes paneles, facsimiles y fotografías nos muestran los dos principales temas del arte paleolítico: los animales y los signos.
 
 
La valiosa serie de reproducciones de las obras más destacadas del arte parietal y mueble van pasando por delante nuestro a medida que abanzamos por la Galería.

 
El panel de los bisontes adosados (Lacaux, Francia), es un ejemplo de las reproducciones facsimilares de paneles de cuevas.
 
 
Datar cronológicamente las obras paleolíticas es una preocupación constante repasando las técnicas utilizadas de forma directa o indirecta.

 
Una muestra de los colorantes utilizados así como los útiles para la iluminación interior nos explican como lograron plasmar su arte en cuevas o abrigos.
 
 
Intentando acercarnos a los protagonistas, cuya figura humana desconocemos, se muestran las denominadas Venus paleolíticas así como una reproducción de una sepultura con su correspondiente ajuar.
 
 
El recorrido termina con el periodo Holoceno, periodo más cercano a nosotros.
 
 
Finalmente, el recorrido nos enseña la cueva como un espacio organizado en la que cada una de sus partes tiene un significado.
 
 
Dentro del cercado del parque nos acercamos a los tres ejemplares de bisonte europeo que incluidos en un proyecto internacional de conservación y cría de ejemplares pretenden evitar la desaparición de la especie.
 
 
Todos los bisontes actuales proceden de solo 12 ejemplares siendo sensibles a las enfermedades comunes por su altísima consanguinidad.

 
 La Cueva de Cuevas pretende ser un espacio para descubrir, en la penumbra, la magia de las pinturas en el marco natural, con el mismo ambiente en el que se encuentran las pinturas y grabados originales. Realmente la sensación es de derroche espacial, demasiado frío, con tanto hormigón y acero oxidado a la vista parece un bunker militar.
 
 
Se trata de un recinto subterráneo integrado en el paisaje donde se exponen las reproducciones a escala real de tres significativos conjuntos del arte rupestre paleolítico.
Una desangelada sala de recepción agrupa a los visitantes antes de comenzar la visita.

 
Comienzan las reproducciones con la Sala de los Policromos de Tito Bustillo, ejemplo de superposición con representaciones datadas desde los 23000 años hasta los 13000 años. La figura principal es el caballo combinado con los renos y algún símbolo tectifome. Se utilizan los colores rojo, morado y negro.
 
 
El segundo espacio reproducido es el Panel nº 4 del Salón Negro de Niaux, datado en 13000 años de antiguedad. El bisonte es el animal predominante completando el bestiario con cabras y équidos de tipo Przewalski.
 

 
La tercera reproducción es el Camarín de la Cueva de Candamo. Se trata de una oquedad que dada su ubicación en la cueva supone en sí misma un santuario. Las pinturas del Camarín han sido datadas en 21.000 años. En el centro de la composición aparece la figura de un caballo de color siena y otros tres équidos incompletos, así como un uro.
 

También se pueden visitar en un cercado exterior del Parque a una pareja de caballos Przewalski de origen prehistórico. Esta propuesta permite observar en vivo a los animales que ya pintaban nuestros antepasados, complemento perfecto a la visita guiada a la Galería y Cueva de Cuevas del Parque.

 
El caballo Przewalski se caracteriza por su gran cabeza de perfil convexo y capa de color siena. De pequeño tamaño con una longitud de 210cm, una altura entre 125/150cm, su peso no supera los 350kg, resalta por sus robustas patas y larga cola (90cm).
 
 
La última incorporación al recinto ha sido una pareja de uros de Heck. El macho es originario de Bélgica y la hembra de Cantabria. Los uros, antepasados salvajes de las vacas, estaban practicamente extinguidos desde el siglo XVII. Serán los hermanos Heck amparados por el régimen nacionalsocialista los recuperadores de la especie. 
 
 
Inculcar la conservación de este patrimonio único para que las futuras generaciones lo disfruten es la razón del Parque de la Prehistoria.
 
 

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